Por Marko Razmilic Kútulas, Presidente de la Asociación de Industriales de Antofagasta.

La minería del cobre y el litio es una industria con cada vez mayor demanda mundial por su rol estratégico en el combate al cambio climático. A nivel nacional, es una industria clave por los encadenamientos productivos que genera y su positivo impacto en el erario público, el empleo y los ingresos.

La industria minera ha tenido un significativo desarrollo tecnológico y en la formación de capital humano, lo que ha sido un factor preponderante para su competitividad y sostenibilidad. Y es que, en este último propósito, desde hace varias décadas han confluido elementos que son de relevancia para marcar su evolución, como las mejoras en seguridad, el incremento de la productividad, el cuidado del medioambiente y el uso más eficiente de los recursos en general y, muy especialmente, el hídrico.

En esta dirección, la Minería 4.0 -transformación digital e innovación- es un factor esencial para la mejora de la logística minera, la mayor automatización y autonomía en los diferentes procesos, la reducción/mitigación de riesgos y una nueva especialización para los trabajadores, que son los llamados a manejar estas nuevas tecnologías.

Recientemente, en la Cena de Negocios Mineros destacamos a una empresa a la vanguardia en esta materia. A través de la inteligencia artificial (analítica avanzada), el Centro Integrado de Operaciones, CIO, de CODELCO Chuquicamata procesa un gran volumen de datos referidos a las características del mineral extraído, movimientos y mediciones en todas las etapas en el proceso productivo al interior de la planta de concentrado de cobre. Antofagasta Minerals también destaca con un CIO instalado en la ciudad de Antofagasta. Con estos centros digitales, las operaciones optimizan la toma de decisiones y adaptan los procesos para una mayor y más eficiente producción. Logros que valoramos y aplaudimos.

Desafíos como estos son los que permanentemente está abordando la industria para seguir haciendo más y mejor minería; y la formación debe ir a la par en este camino, ya que son los más de 57 mil trabajadores en la Región de Antofagasta, los llamados a asumirlos con coraje, compromiso y todas las capacidades técnicas requeridas.

Y en lo que a ello respecta, vamos a paso firme en la formación de capital humano a través de los Colegios Técnicos Industriales Don Bosco en Calama y Antofagasta, los que han entregado nuevo talento técnico especializado, para cumplir las exigencias de una industria que camina a zancadas en la acelerada transformación tecnológica.

Es esta conexión entre el mundo educativo y el industrial la que se debe potenciar para tomar la velocidad ansiada, siempre con compromiso y la participación de todos los que estamos llamados a aportar.