23 de enero de 2023
Por Ingrid Jamett Aranda
Ha propósito de los puntajes de la prueba de selección universitaria y el posterior proceso de postulación a las carreras de formación en educación superior que deben realizar nuestros jóvenes, me he estado realizando las siguientes preguntas, ¿Cuántos de nuestros jóvenes ya han decidido que van a hacer cuando “grandes”, en términos profesionales y personales?, ¿Es esta decisión, la más importante de sus vidas?
Ante esta situación, supongo y creo que suponemos todos, que la mayoría ya tiene una idea o una aproximación a este objetivo, considerando los diferentes caminos que deben tomar y desarrollar para cumplir con sus metas, ¿pero alguien se ha preguntado si nuestro planeta será capaz de estar aquí cuando comiencen a llevar a cabo sus objetivos y metas?
Los y las científicas ya nos han advertido, existe un límite temporal para que nuestro planeta, aquel capaz de albergar la vida humana y de otras especies, siga funcionando como lo conocemos, un límite que nos indica que la sociedad tal como la conocemos colapsará, sin poder seguir existiendo tal y como la conocemos, manteniendo los patrones de comportamiento que nos generan confort y estabilidad. Los pronósticos más optimistas nos dicen que ese límite temporal es el 2050. O sea, nos preguntamos y tomamos decisiones sobre que estaremos realizando el 2050, nos proponemos para toda una vida, pero no hemos o no tenemos un propósito para lograr que nuestro planeta pueda llegar en buenas condiciones para esa época.
En nuestros hogares y nuestras personas cercanas y que nos acompañan nos preocupamos que nuestros recursos, sobre todo el dinero, obvio “Nuestro dinero”, es finito, que en algún momento se acaba y que debemos ser cuidadosos al momento de decidir en que gastarlo, porque pensamos que no pasa lo mismo con los recursos que nos regala nuestro planeta?, acaso el agua, la tierra, una atmosfera limpia es infinita?, tanto así que podemos usar y desechar sin pensar en la forma de reutilizarla o gastarla de mejor manera?
Hasta el momento hemos organizado nuestra vida y nuestra existencia bajo un modelo de linealidad, es decir extraer desde nuestro planeta materias primas, convertirlas en artículos para nuestra existencia, usar estos productos y luego botarlos, sin reflexionar que aquella basura, tal vez si era importante para que los ciclos naturales se mantengan en equilibrio, hemos intervenido catastróficamente en aquellos ciclos naturales, generando complicaciones tales como olas de calor, deforestación, perdida de vida y biodiversidad, incluso…incluso hemos llegado a eliminar elementos químicos en nuestra tabla periódica, es decir, que ya en estos años están extintos, o sea no los encontraremos nunca más en nuestra naturaleza. Como por ejemplo el cadmio tan preciado para nuestros equipos electrónicos, ya que permite que permanezcamos conectados a la red eléctrica sin que nuestros equipos se sobrecalienten por el excesivo uso, o sea horas y horas de juegos con nuestros amigos sin tener que apagar nuestros PC’s.
Esta forma de modelar nuestra existencia en este planeta, NO es sostenible por más tiempo.
Los combustibles fósiles que sostienen nuestra economía, es decir nuestra capacidad de generar riquezas, o productos de consumo y a que a muchos les gusta denominar “desarrollo”, ya se ha demostrado que su uso ha generado un calentamiento global de más de 1 grado centígrado ambiental, ¿es esto una catástrofe sin vuelta atrás?, ¿dónde estamos nosotros?, ¿Cómo aportamos con nuestra juventud y claramente con nuestra rebeldía contra los sistemas establecidos?, ¿vale la pena involucrarse en esto?
El mensaje que quiero compartir es: SI, Debemos hacerlo.
Las formas son muchas, demasiadas, solo dejar de lado el pensamiento de NO considerarlo, pensar que el equilibrio llegará por sí solo. Se debe trabajar para aquello.
Uno de los primeros desafíos es la capacidad de cambiar nuestros sistemas productivos y sociales, dejar de extraer desde nuestro planeta y comenzar a recuperar los elementos que ya tenemos circulando en nuestras casas y empresas.
Por ejemplo, la minería urbana busca recuperar desde la basura electrónica que ya hemos generado los metales que hasta el momento se encuentran extintos en la tabla periódica, es decir estarían extintos desde la mirada de recuperar, pero es posible volver a encontrarlos en los productos que ya tenemos en circulación en nuestras ciudades.
RECUPERAR es la palabra. Esto sirve para metales, textiles tanta ropa que desechamos y que podemos reutilizarla hoy en día existe tanta tela de jeans en el mundo que ya no es necesario crear más.
Esto mismo podemos verlo en el plástico, material tan potente como temible, ya que es indestructible. Encontramos micro plástico incluso en animales marinos, tenemos plástico para hoy y para el futuro nuevamente no debemos pensar en crear más.
¿Como avanzamos nosotros?, consideremos estos pensamientos usemos materiales durables en el tiempo y si ya debemos desecharlos cambiemos su uso o traspasemos a quien seguirá usando. Eliminemos usos desechables, apoyemos en el uso eficiente del agua y la energía eléctrica en nuestras casas. Pero por sobre, todo avancemos en el conocimiento, entendamos estas nuevas tecnologías, y apoyemos estas iniciativas, porque nos apoyan a nosotros y a nuestro futuro en este planeta y bueno porque nos gusta vivir acá, en este diminuto punto azul flotando en el universo.
La acción positiva con nuestro entorno es la conciencia que debemos crear, en base a conocimiento y por sobre todo en base a esfuerzos en conjunto, avancemos en eso.