LOS RUIDOS DE LA VÍA PÚBLICA, como agentes contaminantes nos están matando. Y entre los principales encontramos tres: nuestro sistema de transporte público, que involucra una poco actualizada flota de micros, junto al no respeto por los paraderos; la flota de camiones que ruedan a toda hora con poca fiscalización; el ferrocarril que despierta a las familias que se encuentran en la cercanía de sus líneas.

Por lo mismo, me pregunto ¿Existe un real entendimiento y reconocimiento de la contaminación acústica como factor de riesgo para los antofagastinos? Hoy, a pesar que se fiscalizan por ruidos molestos a los locales, que es algo que vimos con el cierre provisorio de algunos. Dejar fuera del análisis y de la fiscalización a los ruidos de la vía pública, permite deducir, que no se ha realizado un estudio adecuado de la contaminación acústica en Antofagasta. A esto se suma una normativa poco actualizada, que se enfoca en la multa; en lugar de promover estrategias, que ofrezcan soluciones sustentables para una grata convivencia de los diferentes actores de la ciudad.

Lo grave de la situación, es que nunca se nos ha educado que el ruido es uno de los contaminantes más nocivos para la salud. La OMS (Organización Mundial de la Salud) ha indicado que la contaminación acústica es uno de los factores ambientales que genera más problemas. En Europa, donde se toma en cuenta esta problemática, la AEMA (Agencia Europea del Medio Ambiente) indicó que, este tipo de contaminación causa al año 16.600 muertes prematuras y más de 72.000 hospitalizaciones.

Para entender más sobre este contaminante, obviando el daño más conocido que es la sordera, un resumen de lo que nos causa; Aumento de la presión arterial, problemas neuromusculares, fatiga, dificultad al dormir, estrés, insomnio, irritabilidad, depresión, falta de concentración, dolor de cabeza, gastritis, ansiedad e infartos.

Por esto y haciendo alusión a la frase que hizo célebre nuestro Gobernador, que unió a diferentes bancadas para seguir luchando contra la contaminación, posicionando a Antofagasta como ícono de lucha de estas problemáticas y esperando que este mensaje no llegue a oídos sordos, que quizás ya hay muchos por el ambiente saturado en contaminación acústica, los invito a decir ESTOS RUIDOS NOS MATAN.