En Chile, cada persona genera en promedio 10 kilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) al año, lo que equivale a unas 215.000 toneladas anuales. Sin embargo, sólo cerca del 5% de estos residuos se gestiona adecuadamente. En ese contexto es que la campaña de Entel, #ReutilizaxChile, con el apoyo de Kyklos y la colaboración de la Ilustre Municipalidad de Antofagasta, se hace cargo de esta problemática a través de la educación y el trabajo colaborativo. La iniciativa -que invita a la ciudadanía, colegios, empresas y municipios a donar sus aparatos en desuso para ser reacondicionados y donados a instituciones que los necesitan- estará este 21 y 22 de julio en la explanada del frontis de la Municipalidad de Antofagasta, donde se dispondrá un punto de recolección para tablets, celulares, CPU y notebooks, entre las 14:00 y 18:00 hrs. “Es fundamental fomentar el reciclaje electrónico y la participación ciudadana en estas instancias. Por eso, reafirmamos el compromiso municipal con la economía circular y la sustentabilidad. Para la Municipalidad de Antofagasta este será el “año del reciclaje” para Antofagasta, donde sumamos instancias como el convenio con ReSimple, lo que permitirá a la ciudad avanzar significativamente en la recuperación de residuos y posicionarse como líder en reciclaje a nivel nacional, comenta Sacha Razmilic, alcalde de Antofagasta. Además, como parte de su línea de educación ambiental, la campaña desarrollará charlas a más de 800 estudiantes de la comuna con el propósito de impulsar la cultura del reciclaje y el cuidado del medio ambiente desde las aulas. “Con esta iniciativa, se busca generar un triple impacto alargando la vida útil de los dispositivos electrónicos, pero también contribuyendo a cerrar brechas digitales en comunidades que lo necesitan”, indicó Daniela López, coordinadora de la campaña Entel Reutiliza x Chile. Durante el 2024 la campaña recorrió 36.092 kilómetros de Chile (16.913 kilómetros en un camión 100% eléctrico), visitando 16 regiones y 110 ciudades. Gracias a esto, y a las donaciones de distintas organizaciones, empresas e instituciones, se recolectaron más de 49 toneladas de RAEE, lo que permitió beneficiar a 25 organizaciones con 1.004 equipos donados.
Chile carece de una definición legal clara y operativa sobre conceptos clave como residuos mineros masivos, pasivos abandonados o materiales valorizables. Esta carencia impide configurar un marco robusto que habilite la minería secundaria, es decir, aquella orientada a recuperar valor desde los residuos de operaciones mineras. Ello a pesar de esfuerzos que han resultado ser limitados desde la política pública. La Hoja de Ruta Nacional hacia la Economía Circular 2040, elaborada por el Ministerio del Medio Ambiente y CORFO, establece metas para valorización de residuos mineros. Del mismo modo, la Política Nacional Minera 2050 plantea como meta llegar al cero pasivos abandonados antes de mitad de siglo. Ambos instrumentos -valiosos en su visión estratégica- carecen de fuerza normativa y no cuentan con habilitación legal ni coordinación institucional eficaz para su implementación. Sin modificaciones legales sustantivas, seguirán siendo declaraciones de buenas intenciones. Entonces este déficit normativo configura una zona gris jurídica -o más directamente, un vacío regulatorio operativo- que genera incertidumbre para la industria minera, comunidades, inversionistas e instituciones. Hoy no existen reglas claras para determinar qué residuos pueden ser reaprovechados, establecer quién tiene derecho a intervenir un relave o botadero sin titular, obtener los permisos sanitarios, ambientales y mineros aplicables, y asegurar el acceso seguro y regulado a minerales críticos residuales presentes en pasivos mineros. Según cifras de SERNAGEOMIN, Chile cuenta con más de 5.422 faenas mineras abandonadas o inactivas, muchas sin evaluación de riesgos, monitoreo ambiental activo y sin un responsable jurídico vigente. No existe un régimen legal que permita a terceros -públicos o privados- hacerse cargo de ellos con fines de recuperación, revalorización o remediación ambiental, salvo en condiciones excepcionales y mediante esquemas legales improvisados o forzados. El potencial económico y estratégico de los pasivos valorizables Muchos de estos pasivos contienen remanentes de cobre, oro, molibdeno, tierras raras o litio, algunos incluso con leyes superiores a las que actualmente se explotan. En este contexto, la minería secundaria no es solo una opción ambiental: es una alternativa estratégica de producción, con beneficios económicos, ambientales y sociales. Esta visión ya ha sido incorporada por países como: Perú, que reconoce legalmente los pasivos valorizables en su Ley N°28.271, Canadá, donde provincias como Quebec permiten la reapertura y reprocesamiento de relaves mediante permisos diferenciados y la Unión Europea, que integra la minería secundaria en su estrategia de acceso a materias primas críticas. Chile, en cambio, aún no reconoce ni habilita jurídicamente esta actividad. El resultado es una pérdida de oportunidades de recuperación económica, innovación tecnológica y remediación ambiental. El nuevo Comité Consultivo de Alto Nivel para la Estrategia Nacional de Minerales Críticos y el Instituto de Tecnologías Limpias: dos palancas para el cambio En 2025, el Gobierno creó el Comité Consultivo de Alto Nivel para la Estrategia Nacional de Minerales Críticos, con participación de los ministerios de Minería, Energía, Medio Ambiente, Hacienda y Economía y expertos nacionales. Este órgano busca diseñar una política pública integrada para el desarrollo de minerales estratégicos para la transición energética. Si este Comité no incorpora en su agenda la revalorización de pasivos y relaves como fuente de minerales críticos, estará reproduciendo el sesgo tradicional: concentrarse exclusivamente en nuevos yacimientos, sin mirar la oportunidad que ofrece el reprocesamiento responsable de residuos. De igual forma, el recientemente formalizado Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) -con sede en Antofagasta y cofinanciado por CORFO- puede ser el articulador ideal para apoyar con investigación aplicada, pilotos tecnológicos y validación ambiental de iniciativas de minería secundaria. Su involucramiento debe ser estratégico y multisectorial. Hacia una Ley Marco de Pasivos Mineros y Minería Circular Chile requiere avanzar de manera decidida hacia una Ley Marco de Pasivos Mineros y Minería Secundaria, que integre la visión de sostenibilidad, justicia territorial y fomento económico. Esta ley debiera incluir, al menos, los siguientes ejes: Definiciones legales claras sobre pasivos, residuos valorizables y minería secundaria. Clasificación normativa diferenciada por tipo de minería (gran, mediana, pequeña). Creación de un permiso o concesión de aprovechamiento secundario. Fondo Nacional de Remediación y Valorización, con financiamiento público-privado. Gobernanza interinstitucional vinculante, con participación de SERNAGEOMIN, SMA, ITL, gobiernos regionales y comunidad científica. Beneficios tributarios e incentivos para actores que aporten a la remediación y valorización efectiva. Chile debe mirar los pasivos mineros como una palanca de valor futuro, bajo criterios de economía circular, justicia territorial e innovación tecnológica. La minería secundaria bien regulada puede transformarse en una nueva industria nacional, de bajo impacto, alta eficiencia y legitimidad social. Pero para ello necesitamos legislar, coordinar y actuar con sentido de urgencia. Porque en sostenibilidad minera, sin reglas claras, no hay futuro posible. Por: Patricio Cartagena Presidente Centro de Arbitraje y Medicación Minero, CAMMIN
El auge de la energía solar ha sido clave en la transformación energética de Chile, pero junto a este importante avance, existe un riesgo de convertirnos en un cementerio de paneles fotovoltaicos. La contaminación derivada del desecho de paneles solares es un desafío emergente en Chile, dado el aumento exponencial de su uso en proyectos fotovoltaicos, especialmente en el norte del país, donde contamos con la radiación solar más potente a nivel mundial. Con más de 12,5 millones de módulos instalados y una proyección que anticipa 500 mil toneladas de desechos para 2030, con un peak de 120 mil toneladas en 2046, según cifras del informe de RIGK e In-Data, la acumulación de residuos en el norte del país amenaza con transformar el desierto en un basural de alta tecnología. Este desafío, que combina innovación, sostenibilidad y responsabilidad, es una oportunidad para que la academia, la industria y el Estado colaboren en soluciones que cierren el ciclo de vida de la tecnología solar, evitando que un proyecto verde se vuelva un problema medioambiental. Los paneles tienen una vida útil de que rodea los 30 años, y en su composición contienen materiales como silicio, aluminio, vidrio y metales pesados, tales como plomo, cadmio, telurio, que, si no se gestionan adecuadamente, pueden liberar sustancias tóxicas al suelo y agua, afectando ecosistemas y salud humana. La acumulación de estos residuos, especialmente en el desierto de Atacama, representa un riesgo ambiental, ya que no se conoce completamente su degradación natural. Actualmente, Chile enfrenta limitaciones significativas en la gestión de estos residuos debido a la ausencia de una infraestructura robusta de reciclaje. Los paneles desechados a menudo terminan en vertederos o áreas desérticas. En otros países estos desechos son clasificados como desechos peligrosos. La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), promulgada en 2016, busca abordar este problema al incluir los paneles solares como productos prioritarios, exigiendo a productores e importadores responsabilidad en la gestión de residuos. Sin embargo, la normativa actual no especifica claramente las acciones de reciclaje o disposición final, dejando la responsabilidad a iniciativas individuales de las empresas, lo que limita su efectividad. Así, es necesario incentivar el proceso de reciclaje de estas tecnologías que están inundando grandes espacios en nuestro desierto. Pese a estas carencias, se están implementando iniciativas para mitigar el impacto ambiental. Algunas propuestas promueven una economía circular, como la “minería urbana”, que busca recuperar materiales valiosos (silicio, aluminio, cobre) de los paneles desechados, con un potencial de generar beneficios económicos de hasta US$29 millones y 6.700 empleos en los primeros años. Además, se están explorando opciones de reutilización de paneles aún funcionales en aplicaciones de menor escala, como alumbrado público o viviendas, aunque la fragilidad de las celdas fotovoltaicas limita esta práctica. Empresas y asociaciones están comenzando a desarrollar procesos de reciclaje que incluyen desmontaje, separación de componentes y tratamiento de materiales tóxicos, pero aún no existen plantas de reciclaje a gran escala en nuestro país. El desarrollo de estas capacidades requiere una colaboración público-privada efectiva, donde el Estado lidere con políticas claras, las empresas inviertan en tecnología, y las universidades aporten conocimiento de frontera. Para fortalecer la gestión de residuos fotovoltaicos, Chile necesita avanzar en políticas públicas más específicas y en la creación de infraestructura especializada. El Ministerio de Medio Ambiente está trabajando en un reglamento para regular el manejo de residuos electrónicos, incluyendo paneles solares, en el marco de la Ley REP, con discusiones previstas para establecer metas de valorización. Sin embargo, aún no es suficiente. Diseñar paneles más reciclables desde su origen es un desafío técnico y ético que debe ser abordado desde la academia y la industria, pensando en una transición justa que no deje pasivos ambientales. Mientras tanto, la educación y concienciación pública sobre la importancia de elegir fabricantes con programas de reciclaje son cruciales para minimizar el impacto ambiental y aprovechar las oportunidades económicas de una gestión sostenible de los desechos solares. Columna de opinión por Eduardo Schott, investigador SERC Chile y académico UC.
Entre el 4 y el 6 de junio de 2025, los profesionales chilenos Erik Mella y Felipe Valencia, de la Corporación ATAMOSTEC, se encuentran participando en una experiencia internacional de intercomparación de piranómetros, instrumentos fundamentales para medir la radiación solar, en el marco del proyecto CACTUS. La actividad se desarrolla en la ciudad de Bogotá, Colombia, y reúne a destacados laboratorios e instituciones de América Latina y Europa, incluyendo a la Universidad Nacional de Colombia (a través de sus laboratorios LABE y LIATER), el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), y ATAMOSTEC como representante de Chile. El objetivo de esta instancia técnica es intercambiar conocimientos y estandarizar procedimientos de uso y calibración de radiometría solar, elemento clave para garantizar mediciones precisas en sistemas fotovoltaicos y asegurar su eficiencia y calidad. En particular, esta intercomparación se enfoca en piranómetros, dispositivos esenciales para evaluar el recurso solar. Felipe Valencia explicó que “esta experiencia permite comparar metodologías entre distintas instituciones y compartir procedimientos y herramientas para garantizar que los resultados de calibración de los instrumentos sean correctos, lo que tiene un impacto directo en la calidad de los datos solares para la industria energética”. Por su parte, Erik Mella señaló: “La visita se realiza en el contexto de transferencia de conocimiento dentro del proyecto CACTUS. Esta intercomparación se lleva a cabo en el Laboratorio de Ensayos Eléctricos (LABE) en Bogotá, donde participan representantes de distintas entidades de la región. En esta instancia se comparten prácticas utilizadas por LABE para la calibración de piranómetros, lo que contribuye a la armonización técnica regional”. La actividad forma parte del proyecto CACTUS, una iniciativa internacional que busca generar estándares comunes para la evaluación de sistemas fotovoltaicos en países europeos y latinoamericanos. El proyecto considera no solo la medición del recurso solar, sino también otros aspectos críticos como diseño, instalación, mantenimiento y validación de desempeño. Además de esta intercomparación técnica, los representantes de ATAMOSTEC participarán en la asamblea general del proyecto CACTUS y en el congreso internacional EnerTrends 2025, dedicado a los avances en sistemas fotovoltaicos. “Mi rol en esta oportunidad es contribuir en estas instancias técnicas, comparar metodologías para la calibración de instrumentos de radiometría y adoptar las mejores prácticas para implementarlas en las plataformas de prueba de ATAMOSTEC en Chile”, concluyó Valencia.
En el auditorio Vladimir Saavedra del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta, se realizó una nueva jornada de IngeniumLab, una iniciativa dirigida a estudiantes de la asignatura Emprendimiento II de la Facultad de Ingeniería (FACING). En esta ocasión, José Antonio Díaz, Gerente General del Centro de Entrenamiento Industrial y Minero (CEIM), presentó tres desafíos estratégicos de la institución con el objetivo de vincular tempranamente a los estudiantes con necesidades reales de las organizaciones, fomentando el desarrollo de soluciones innovadoras. Durante su exposición, Díaz profundizó en la misión y el enfoque estratégico de CEIM, detallando los tres retos propuestos para el desarrollo estudiantil: el primero, orientado al levantamiento de información sobre procesos operativos, con miras a la eficiencia y mejora en la gestión organizacional, el segundo, enfocado en la optimización del uso de maquinaria, talleres y recursos instruccionales, y el tercero, vinculado a la medición del impacto de la capacitación técnica en los resultados del negocio. “Esta iniciativa nos abre horizontes. El cuestionarse procesos internos de nuestra institución, con una mirada externa, con una mirada joven, con metodologías nuevas, es tremendamente provechoso. No solamente para esas generaciones de profesionales futuros, sino que para nosotros como institución. La vida es un cambio y por lo tanto uno tiene que ir adaptándose con el tiempo y la adaptación con el tiempo tiene que ver con miradas nuevas”, explicó José Antonio Díaz, Gerente General de CEIM. Al respecto, la decana de la facultad, Dra. Marinka Varas Parra, además de destacar esta actividad como un hito para la casa de estudios, valoró positivamente la propuesta educativa. “Son clases materiales porque son prácticas, son talleres para lograr desarrollar las habilidades que se necesitan para la innovación y el ecosistema en el ámbito que estamos construyendo, con decisión y visión de futuro, por lo que celebramos con entusiasmo la consolidación de espacios como éste, que promueven la articulación entre la academia, la industria y el talento local”. Colaboración Así, IngeniumLab representa una valiosa instancia de vinculación entre la academia las industrias y el ecosistema de innovación regional. Héctor Aravena, Gerente General de la empresa StartupLink Chile y director de IngeniumLab agregó que, “Estos desafíos hoy en día involucran esta nueva mirada que quiere adoptar CEIM, de poder integrar capacidad y talento joven en sus procesos, en el desarrollo también de nuevos productos y servicios, y en base a su interés y potencial, definirán qué proyectos son interesantes para poder implementarlos dentro de la empresa, con el afán de fortalecer su competitividad”. IngeniumLab IngeniumLab es una iniciativa crucial que conecta la academia con los desafíos reales de la industria regional a través de la creación de soluciones innovadoras. Ejecutada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta junto a StartupLink Chile, cuenta también con la participación del Centro Integrado de Pilotaje de Tecnologías Mineras (CIPTEMIN) y Aguas Antofagasta, sumándose CEIM como un actor clave. Este programa contempla que los estudiantes desarrollen propuestas y soluciones tecnológicas concretas, orientadas a abordar los desafíos en sostenibilidad, medio ambiente y economía circular, reafirmando el compromiso con el futuro productivo y ambiental de la región.
En Chile, cada persona genera en promedio 10 kilos de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) al año, lo que equivale a unas 215.000 toneladas anuales. Sin embargo, sólo cerca del 5% de estos residuos se gestiona adecuadamente. En ese contexto es que la campaña de Entel, #ReutilizaxChile, con el apoyo de Kyklos y la colaboración de la Ilustre Municipalidad de Antofagasta, se hace cargo de esta problemática a través de la educación y el trabajo colaborativo. La iniciativa -que invita a la ciudadanía, colegios, empresas y municipios a donar sus aparatos en desuso para ser reacondicionados y donados a instituciones que los necesitan- estará este 21 y 22 de julio en la explanada del frontis de la Municipalidad de Antofagasta, donde se dispondrá un punto de recolección para tablets, celulares, CPU y notebooks, entre las 14:00 y 18:00 hrs. “Es fundamental fomentar el reciclaje electrónico y la participación ciudadana en estas instancias. Por eso, reafirmamos el compromiso municipal con la economía circular y la sustentabilidad. Para la Municipalidad de Antofagasta este será el “año del reciclaje” para Antofagasta, donde sumamos instancias como el convenio con ReSimple, lo que permitirá a la ciudad avanzar significativamente en la recuperación de residuos y posicionarse como líder en reciclaje a nivel nacional, comenta Sacha Razmilic, alcalde de Antofagasta. Además, como parte de su línea de educación ambiental, la campaña desarrollará charlas a más de 800 estudiantes de la comuna con el propósito de impulsar la cultura del reciclaje y el cuidado del medio ambiente desde las aulas. “Con esta iniciativa, se busca generar un triple impacto alargando la vida útil de los dispositivos electrónicos, pero también contribuyendo a cerrar brechas digitales en comunidades que lo necesitan”, indicó Daniela López, coordinadora de la campaña Entel Reutiliza x Chile. Durante el 2024 la campaña recorrió 36.092 kilómetros de Chile (16.913 kilómetros en un camión 100% eléctrico), visitando 16 regiones y 110 ciudades. Gracias a esto, y a las donaciones de distintas organizaciones, empresas e instituciones, se recolectaron más de 49 toneladas de RAEE, lo que permitió beneficiar a 25 organizaciones con 1.004 equipos donados.
Chile carece de una definición legal clara y operativa sobre conceptos clave como residuos mineros masivos, pasivos abandonados o materiales valorizables. Esta carencia impide configurar un marco robusto que habilite la minería secundaria, es decir, aquella orientada a recuperar valor desde los residuos de operaciones mineras. Ello a pesar de esfuerzos que han resultado ser limitados desde la política pública. La Hoja de Ruta Nacional hacia la Economía Circular 2040, elaborada por el Ministerio del Medio Ambiente y CORFO, establece metas para valorización de residuos mineros. Del mismo modo, la Política Nacional Minera 2050 plantea como meta llegar al cero pasivos abandonados antes de mitad de siglo. Ambos instrumentos -valiosos en su visión estratégica- carecen de fuerza normativa y no cuentan con habilitación legal ni coordinación institucional eficaz para su implementación. Sin modificaciones legales sustantivas, seguirán siendo declaraciones de buenas intenciones. Entonces este déficit normativo configura una zona gris jurídica -o más directamente, un vacío regulatorio operativo- que genera incertidumbre para la industria minera, comunidades, inversionistas e instituciones. Hoy no existen reglas claras para determinar qué residuos pueden ser reaprovechados, establecer quién tiene derecho a intervenir un relave o botadero sin titular, obtener los permisos sanitarios, ambientales y mineros aplicables, y asegurar el acceso seguro y regulado a minerales críticos residuales presentes en pasivos mineros. Según cifras de SERNAGEOMIN, Chile cuenta con más de 5.422 faenas mineras abandonadas o inactivas, muchas sin evaluación de riesgos, monitoreo ambiental activo y sin un responsable jurídico vigente. No existe un régimen legal que permita a terceros -públicos o privados- hacerse cargo de ellos con fines de recuperación, revalorización o remediación ambiental, salvo en condiciones excepcionales y mediante esquemas legales improvisados o forzados. El potencial económico y estratégico de los pasivos valorizables Muchos de estos pasivos contienen remanentes de cobre, oro, molibdeno, tierras raras o litio, algunos incluso con leyes superiores a las que actualmente se explotan. En este contexto, la minería secundaria no es solo una opción ambiental: es una alternativa estratégica de producción, con beneficios económicos, ambientales y sociales. Esta visión ya ha sido incorporada por países como: Perú, que reconoce legalmente los pasivos valorizables en su Ley N°28.271, Canadá, donde provincias como Quebec permiten la reapertura y reprocesamiento de relaves mediante permisos diferenciados y la Unión Europea, que integra la minería secundaria en su estrategia de acceso a materias primas críticas. Chile, en cambio, aún no reconoce ni habilita jurídicamente esta actividad. El resultado es una pérdida de oportunidades de recuperación económica, innovación tecnológica y remediación ambiental. El nuevo Comité Consultivo de Alto Nivel para la Estrategia Nacional de Minerales Críticos y el Instituto de Tecnologías Limpias: dos palancas para el cambio En 2025, el Gobierno creó el Comité Consultivo de Alto Nivel para la Estrategia Nacional de Minerales Críticos, con participación de los ministerios de Minería, Energía, Medio Ambiente, Hacienda y Economía y expertos nacionales. Este órgano busca diseñar una política pública integrada para el desarrollo de minerales estratégicos para la transición energética. Si este Comité no incorpora en su agenda la revalorización de pasivos y relaves como fuente de minerales críticos, estará reproduciendo el sesgo tradicional: concentrarse exclusivamente en nuevos yacimientos, sin mirar la oportunidad que ofrece el reprocesamiento responsable de residuos. De igual forma, el recientemente formalizado Instituto de Tecnologías Limpias (ITL) -con sede en Antofagasta y cofinanciado por CORFO- puede ser el articulador ideal para apoyar con investigación aplicada, pilotos tecnológicos y validación ambiental de iniciativas de minería secundaria. Su involucramiento debe ser estratégico y multisectorial. Hacia una Ley Marco de Pasivos Mineros y Minería Circular Chile requiere avanzar de manera decidida hacia una Ley Marco de Pasivos Mineros y Minería Secundaria, que integre la visión de sostenibilidad, justicia territorial y fomento económico. Esta ley debiera incluir, al menos, los siguientes ejes: Definiciones legales claras sobre pasivos, residuos valorizables y minería secundaria. Clasificación normativa diferenciada por tipo de minería (gran, mediana, pequeña). Creación de un permiso o concesión de aprovechamiento secundario. Fondo Nacional de Remediación y Valorización, con financiamiento público-privado. Gobernanza interinstitucional vinculante, con participación de SERNAGEOMIN, SMA, ITL, gobiernos regionales y comunidad científica. Beneficios tributarios e incentivos para actores que aporten a la remediación y valorización efectiva. Chile debe mirar los pasivos mineros como una palanca de valor futuro, bajo criterios de economía circular, justicia territorial e innovación tecnológica. La minería secundaria bien regulada puede transformarse en una nueva industria nacional, de bajo impacto, alta eficiencia y legitimidad social. Pero para ello necesitamos legislar, coordinar y actuar con sentido de urgencia. Porque en sostenibilidad minera, sin reglas claras, no hay futuro posible. Por: Patricio Cartagena Presidente Centro de Arbitraje y Medicación Minero, CAMMIN
El auge de la energía solar ha sido clave en la transformación energética de Chile, pero junto a este importante avance, existe un riesgo de convertirnos en un cementerio de paneles fotovoltaicos. La contaminación derivada del desecho de paneles solares es un desafío emergente en Chile, dado el aumento exponencial de su uso en proyectos fotovoltaicos, especialmente en el norte del país, donde contamos con la radiación solar más potente a nivel mundial. Con más de 12,5 millones de módulos instalados y una proyección que anticipa 500 mil toneladas de desechos para 2030, con un peak de 120 mil toneladas en 2046, según cifras del informe de RIGK e In-Data, la acumulación de residuos en el norte del país amenaza con transformar el desierto en un basural de alta tecnología. Este desafío, que combina innovación, sostenibilidad y responsabilidad, es una oportunidad para que la academia, la industria y el Estado colaboren en soluciones que cierren el ciclo de vida de la tecnología solar, evitando que un proyecto verde se vuelva un problema medioambiental. Los paneles tienen una vida útil de que rodea los 30 años, y en su composición contienen materiales como silicio, aluminio, vidrio y metales pesados, tales como plomo, cadmio, telurio, que, si no se gestionan adecuadamente, pueden liberar sustancias tóxicas al suelo y agua, afectando ecosistemas y salud humana. La acumulación de estos residuos, especialmente en el desierto de Atacama, representa un riesgo ambiental, ya que no se conoce completamente su degradación natural. Actualmente, Chile enfrenta limitaciones significativas en la gestión de estos residuos debido a la ausencia de una infraestructura robusta de reciclaje. Los paneles desechados a menudo terminan en vertederos o áreas desérticas. En otros países estos desechos son clasificados como desechos peligrosos. La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP), promulgada en 2016, busca abordar este problema al incluir los paneles solares como productos prioritarios, exigiendo a productores e importadores responsabilidad en la gestión de residuos. Sin embargo, la normativa actual no especifica claramente las acciones de reciclaje o disposición final, dejando la responsabilidad a iniciativas individuales de las empresas, lo que limita su efectividad. Así, es necesario incentivar el proceso de reciclaje de estas tecnologías que están inundando grandes espacios en nuestro desierto. Pese a estas carencias, se están implementando iniciativas para mitigar el impacto ambiental. Algunas propuestas promueven una economía circular, como la “minería urbana”, que busca recuperar materiales valiosos (silicio, aluminio, cobre) de los paneles desechados, con un potencial de generar beneficios económicos de hasta US$29 millones y 6.700 empleos en los primeros años. Además, se están explorando opciones de reutilización de paneles aún funcionales en aplicaciones de menor escala, como alumbrado público o viviendas, aunque la fragilidad de las celdas fotovoltaicas limita esta práctica. Empresas y asociaciones están comenzando a desarrollar procesos de reciclaje que incluyen desmontaje, separación de componentes y tratamiento de materiales tóxicos, pero aún no existen plantas de reciclaje a gran escala en nuestro país. El desarrollo de estas capacidades requiere una colaboración público-privada efectiva, donde el Estado lidere con políticas claras, las empresas inviertan en tecnología, y las universidades aporten conocimiento de frontera. Para fortalecer la gestión de residuos fotovoltaicos, Chile necesita avanzar en políticas públicas más específicas y en la creación de infraestructura especializada. El Ministerio de Medio Ambiente está trabajando en un reglamento para regular el manejo de residuos electrónicos, incluyendo paneles solares, en el marco de la Ley REP, con discusiones previstas para establecer metas de valorización. Sin embargo, aún no es suficiente. Diseñar paneles más reciclables desde su origen es un desafío técnico y ético que debe ser abordado desde la academia y la industria, pensando en una transición justa que no deje pasivos ambientales. Mientras tanto, la educación y concienciación pública sobre la importancia de elegir fabricantes con programas de reciclaje son cruciales para minimizar el impacto ambiental y aprovechar las oportunidades económicas de una gestión sostenible de los desechos solares. Columna de opinión por Eduardo Schott, investigador SERC Chile y académico UC.
Entre el 4 y el 6 de junio de 2025, los profesionales chilenos Erik Mella y Felipe Valencia, de la Corporación ATAMOSTEC, se encuentran participando en una experiencia internacional de intercomparación de piranómetros, instrumentos fundamentales para medir la radiación solar, en el marco del proyecto CACTUS. La actividad se desarrolla en la ciudad de Bogotá, Colombia, y reúne a destacados laboratorios e instituciones de América Latina y Europa, incluyendo a la Universidad Nacional de Colombia (a través de sus laboratorios LABE y LIATER), el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia (IDEAM), y ATAMOSTEC como representante de Chile. El objetivo de esta instancia técnica es intercambiar conocimientos y estandarizar procedimientos de uso y calibración de radiometría solar, elemento clave para garantizar mediciones precisas en sistemas fotovoltaicos y asegurar su eficiencia y calidad. En particular, esta intercomparación se enfoca en piranómetros, dispositivos esenciales para evaluar el recurso solar. Felipe Valencia explicó que “esta experiencia permite comparar metodologías entre distintas instituciones y compartir procedimientos y herramientas para garantizar que los resultados de calibración de los instrumentos sean correctos, lo que tiene un impacto directo en la calidad de los datos solares para la industria energética”. Por su parte, Erik Mella señaló: “La visita se realiza en el contexto de transferencia de conocimiento dentro del proyecto CACTUS. Esta intercomparación se lleva a cabo en el Laboratorio de Ensayos Eléctricos (LABE) en Bogotá, donde participan representantes de distintas entidades de la región. En esta instancia se comparten prácticas utilizadas por LABE para la calibración de piranómetros, lo que contribuye a la armonización técnica regional”. La actividad forma parte del proyecto CACTUS, una iniciativa internacional que busca generar estándares comunes para la evaluación de sistemas fotovoltaicos en países europeos y latinoamericanos. El proyecto considera no solo la medición del recurso solar, sino también otros aspectos críticos como diseño, instalación, mantenimiento y validación de desempeño. Además de esta intercomparación técnica, los representantes de ATAMOSTEC participarán en la asamblea general del proyecto CACTUS y en el congreso internacional EnerTrends 2025, dedicado a los avances en sistemas fotovoltaicos. “Mi rol en esta oportunidad es contribuir en estas instancias técnicas, comparar metodologías para la calibración de instrumentos de radiometría y adoptar las mejores prácticas para implementarlas en las plataformas de prueba de ATAMOSTEC en Chile”, concluyó Valencia.
En el auditorio Vladimir Saavedra del Campus Coloso de la Universidad de Antofagasta, se realizó una nueva jornada de IngeniumLab, una iniciativa dirigida a estudiantes de la asignatura Emprendimiento II de la Facultad de Ingeniería (FACING). En esta ocasión, José Antonio Díaz, Gerente General del Centro de Entrenamiento Industrial y Minero (CEIM), presentó tres desafíos estratégicos de la institución con el objetivo de vincular tempranamente a los estudiantes con necesidades reales de las organizaciones, fomentando el desarrollo de soluciones innovadoras. Durante su exposición, Díaz profundizó en la misión y el enfoque estratégico de CEIM, detallando los tres retos propuestos para el desarrollo estudiantil: el primero, orientado al levantamiento de información sobre procesos operativos, con miras a la eficiencia y mejora en la gestión organizacional, el segundo, enfocado en la optimización del uso de maquinaria, talleres y recursos instruccionales, y el tercero, vinculado a la medición del impacto de la capacitación técnica en los resultados del negocio. “Esta iniciativa nos abre horizontes. El cuestionarse procesos internos de nuestra institución, con una mirada externa, con una mirada joven, con metodologías nuevas, es tremendamente provechoso. No solamente para esas generaciones de profesionales futuros, sino que para nosotros como institución. La vida es un cambio y por lo tanto uno tiene que ir adaptándose con el tiempo y la adaptación con el tiempo tiene que ver con miradas nuevas”, explicó José Antonio Díaz, Gerente General de CEIM. Al respecto, la decana de la facultad, Dra. Marinka Varas Parra, además de destacar esta actividad como un hito para la casa de estudios, valoró positivamente la propuesta educativa. “Son clases materiales porque son prácticas, son talleres para lograr desarrollar las habilidades que se necesitan para la innovación y el ecosistema en el ámbito que estamos construyendo, con decisión y visión de futuro, por lo que celebramos con entusiasmo la consolidación de espacios como éste, que promueven la articulación entre la academia, la industria y el talento local”. Colaboración Así, IngeniumLab representa una valiosa instancia de vinculación entre la academia las industrias y el ecosistema de innovación regional. Héctor Aravena, Gerente General de la empresa StartupLink Chile y director de IngeniumLab agregó que, “Estos desafíos hoy en día involucran esta nueva mirada que quiere adoptar CEIM, de poder integrar capacidad y talento joven en sus procesos, en el desarrollo también de nuevos productos y servicios, y en base a su interés y potencial, definirán qué proyectos son interesantes para poder implementarlos dentro de la empresa, con el afán de fortalecer su competitividad”. IngeniumLab IngeniumLab es una iniciativa crucial que conecta la academia con los desafíos reales de la industria regional a través de la creación de soluciones innovadoras. Ejecutada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Antofagasta junto a StartupLink Chile, cuenta también con la participación del Centro Integrado de Pilotaje de Tecnologías Mineras (CIPTEMIN) y Aguas Antofagasta, sumándose CEIM como un actor clave. Este programa contempla que los estudiantes desarrollen propuestas y soluciones tecnológicas concretas, orientadas a abordar los desafíos en sostenibilidad, medio ambiente y economía circular, reafirmando el compromiso con el futuro productivo y ambiental de la región.